FELICITACIÓN DEL PÁRROCO
A TODOS LOS FIELES
En estas fiestas tan entrañables que celebramos
todos los años, el Nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, me dirijo a vosotros para manifestar a todos mi deseo de
prosperidad, fe, esperanza, alegría y paz en estos días y año nuevo que en unos
días vamos a estrenar.
Este
año 2020 ha sido un año muy difícil para todos, y nunca se nos
olvidará los malos momentos vividos por la enfermedad de la
covid-19. Están en nuestro recuerdo las personas que han fallecido, están
enfermas y todo el personal de los centros hospitalarios, todos los que de una manera u otra se han volcado por su
trabajo y entrega.
Ante
la crisis sanitaria y económica que se está viviendo, la Parroquia
también ha sufrido mucho por el tiempo que han estado cerradas nuestras
iglesias, sin poder realizar misas, bodas, y retrasar comuniones, bautizos, la dureza de los funerales en la puerta del cementerio y
sobre todo la no asistencia de muchos
feligreses, entre ellos nuestros mayores, por la prevención,
¡os echamos mucho de menos! Sí que a través de los Medios de Comunicación se han
retransmitido Misas, y esto es muy de agradecer,
pero la cercanía y la presencia de todos los fieles es lo que hace
comunidad, hace Iglesia. Poco a poco hemos ido abriendo los templos para celebrar las eucaristías e iniciando la catequesis, pero todavía está lejana la conocida como normalidad.
Ha sido un año marcado por la pandemia de la covid-19 y que a su
paso ha dejado muerte, enfermedad, paro y desolación, pero somos un pueblo de Esperanza y confío en que el Niño traiga con su
nacimiento "paz y felicidad al
mundo". No lo olvidemos, en tiempos de pandemia, hoy vuelve a nacer Jesús, es Navidad.
Esos buenos deseos están en el corazón de toda persona; en efecto, es propio de la naturaleza humana desear lo mejor para uno mismo y para aquellos con los cuales nos unen lazos de amistad fuertes, gracias por todo el trabajo y esfuerzo que habéis realizado muchos de vosotros para intentar volver a vivir la fe en la parroquia, por ser mi apoyo y ayuda, lo he necesitado mucho y sigo necesitando de vuestra oración y cercanía.
Lo
que vamos a celebran estos días nos da la llave para poder alcanzar la
verdadera prosperidad, fe, esperanza, alegría y paz: Jesucristo.
Nuestra unión con Él y la comunión de los demás con su Persona es precisamente
lo que nos proporciona aquello que más buscamos. Éste es el
ejemplo de los santos y el testimonio de tantos antepasados nuestros.
Os deseo de todo corazón a Jesucristo y la
amistad con Él. Así, debemos desear también para los demás este regalo
que nos hace la Iglesia a cada uno de nosotros; deseamos para los demás el don
del Señor cuando rezamos por ellos, transmitiendo con paciencia la fe a los
hijos, procurando su educación en la catequesis en la familia y parroquia,
visitando a Jesús en el Sagrario, escuchando su Palabra cada domingo en la
celebración de la Misa, acudiendo e invitando a los demás a recibir el perdón
de los pecados, atendiendo a nuestros hermanos necesitados con
generosidad,…Esta es la mejor forma de querer de verdad a los demás, porque
queremos para ellos lo mejor que tenemos y hemos conocido: al Hijo de Dios.
La
consecuencia de todo esto es clara: podremos vivir la comunión verdadera entre
nosotros y en nuestras familias a pesar de las dificultades por la que estamos
atravesando. Nuestra parroquia será
–con mayor razón- una gran familia que se quiere y sabe estar solícita para dar
y perdonar. Éste
es el rostro de la Iglesia, nuestra Madre que quiere acoger a aquellos que
andan extraviados, como ovejas sin pastor. Que sepamos mostrar el rostro
auténtico de esta Madre que nos cuida y alienta para que demos testimonio de
los que hemos visto y oído, como los pastores en Belén.
Recibid todos un cariñoso saludo en el Señor y María nuestra Madre. FELIZ NACIMIENTO DE NUESTRO SALVADOR.
José Manuel Martínez Rosique
Párroco.
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