Adviento 2020 Para cada semana...
Nos encontramos a pocos días de la Navidad, a punto de celebrar la alegría del misterio de Dios hecho carne. Un Dios cercano y accesible, que se hace como uno de nosotros. Muchos esperaban a un Mesías fuerte y poderoso que doblegase a los enemigos. Sin embargo, los planes del Señor van por otro lado. Dios ha elegido manifestarse entre los pequeños y los pobres para dejar claro donde está la verdadera vida. Esperar al Mesías nos compromete en un camino incierto en el que nos aventuramos sin muchas seguridades, pero en el que vamos sostenidos por la fuerza del Espíritu que nos guía y acompaña hacia Jesús.
La estrella que habían visto en oriente avanzó delante de ellos hasta detenerse sobre el lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron de una inmensa alegría. (Mt 2, 9-10).
El lenguaje de la creación nos permite recorrer un buen tramo del camino hacia Dios, pero no nos da la luz definitiva. Al final, para los Magos fue indispensable escuchar la voz de las Sagradas Escrituras: sólo ellas podían indicarles el camino. La Palabra de Dios es la verdadera estrella que, en la incertidumbre de los discursos humanos, nos ofrece el inmenso esplendor de la verdad divina. Queridos hermanos y hermanas, dejémonos guiar por la estrella, que es la Palabra de Dios; sigámosla en nuestra vida, caminando con la Iglesia, donde la Palabra ha plantado su tienda. Nuestro camino estará siempre iluminado por una luz que ningún otro signo puede darnos. Y también nosotros podremos convertirnos en estrellas para los demás, reflejo de la luz que Cristo ha hecho brillar sobre nosotros.
BENEDICTO XVI. Basílica Vaticana. Santa misa en la solemnidad de la Epifanía del Señor. Jueves 6 de enero de 2011
CANTO: Pongo mi vida en tus manos – Luis Guitarra
Pregoneros y profetas
Cuando pase el mensajero
que no me encuentre dormido,
afanado en otras metas,
indiferente a su voz.
Que no sea su relato
semilla que el viento barre
o luz que a nadie ilumina.
Cuando pase el mensajero
que no le vuelva la cara
para esquivar su propuesta.
Se presentará en un libro,
en un verso,
o será estrofa de un canto
que me envuelva.
Vendrá, tal vez, en un amigo,
en un hombre roto,
o en el pan partido.
Le abriré la casa,
pondré en juego el corazón
y escucharé, con avidez,
sus palabras.
Y entonces
me cambiará la vida.
Para nuestra reflexión
Al finalizar el Adviento contempla este camino que has realizado y destaca lo que más te ha ayudado a vivir con hondura este tiempo de espera. ¿qué es lo que más esperas del nacimiento de Jesús? ¿de qué manera vivo que Dios está conmigo con nosotros?
El encuentro con Dios nos transforma y nos capacita para vivir desde la confianza para los demás. María es un modelo de confianza, de libertad y de abandono en las manos de Dios “Hágase en mi según tu palabra” ¿qué necesito para confiar? ¿cómo puedo dejar que el Señor nazca en mi vida de nuevo?
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