Hace muy pocos días celebrábamos la solemnidad de las solemnidades, la festividad del Corpus Christi, Jesús Vivo y su presencia real entre nosotros.
Por ello queremos dejar unas reflexiones para que las léais y las recordéis siempre, os ayudarán y conducirán a encontraros con Jesús Sacramentado, y ya nunca podréis separaros de Él. Y recordar una cosa lo primero que debes de hacer algo entrar en el templo es visitar al Sagrario, el cual acoge al Santísimo Sacramento.
Muchos cristianos tienen costumbre, a lo largo
del día, de detenerse en la iglesia para hacer una visita a Jesús
Sacramentado. Son momentos de intimidad con el Señor, en los que
acudimos a Él, realizamos la oración personal, pedimos ayuda, damos
gracias, etc.
Ante el Santísimo hemos de expresar en primer
lugar nuestra fe. En el Sagrario se nos entrega Jesús bajo las especies
del pan. Nos espera y desea que vayamos a verle. Cuando estamos delante
de Él está atento a lo que queramos decirle: una jaculatoria, un acto
de fe, una petición, un acto de desagravio o reparación. O a que le
miremos con devoción, sabiendo que allí, en el Sagrario, está el mismo
Jesús de Nazaret, el Hijo de María, el que multiplicó los panes y los
peces, el que con un solo gesto calmó una tempestad y devolvió la paz
perdida a unos hombres asustados. El tiene todo lo que nos falta y
necesitamos.
La visita al Santísimo nos ayudará a guardar la presencia de Dios durante el día en medio del trabajo y de nuestras ocupaciones.
ADORACION EUCARISTICA VISITA AL SANTISIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
La Iglesia católica ha dado y continúa dando este
culto de adoración que se debe al sacramento de la Eucaristía no
solamente durante la misa,sino también fuera de su celebración:
conservando con el mayor cuidado las hostias consagradas, presentándolas a los fieles para que las veneren con solemnidad, y las lleven en procesión.
El sagrario (tabernáculo) estaba al principio destinado
a guardar dignamente la Eucaristía para que pudiera ser llevada a los
enfermos y ausentes fuera de la misa. Por la profundización de la fe en la
presencia real de Cristo en su Eucaristía, la Iglesia tomó conciencia
del sentido de la adoración silenciosa del Señor presente bajo las
especies eucarísticas.
A pesar de que la Eucaristía ha sido instituida para ser comida, “no debe dejar de ser adorada”.
El
fundamento de la adoración eucarística es perfectamente válido y firme:
la presencia real del Señor. Es culto de “latría”, el que “se debe al
Dios verdadero”.
Jesús se ha quedado en la Hostia Santa para nosotros: para permanecer a nuestro lado,para sostenernos, para guiarnos. Y amor sólo con amor se paga.
¿Cómo no habremos de acudir al Sagrario, cada día, aunque sólo sea por unos minutos para llevarle nuestro saludo y nuestro amor de hijos y de hermanos?
Rezar tres veces:
V. Viva Jesús Sacramentado
o bien
V. Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar. y las respuestas...
R. Viva y de todos sea amado
o bien:
R. Sea por siempre bendito y alabado.
Padre Nuestro
Avemaría
Gloria
Comunión espiritual
V. Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos.
Ya
sabes, lo primero al entrar al templo busca la capilla de la comunión o
capilla del Santísimo, allí donde esté el SAGRARIO, haz una genuflexión
(rodilla derecha en suelo) y ora delante de Jesús Vivo. Es a Quien
debemos visitar primero, después oramos o veneramos las imágenes, las
cuales nos recuerdan a los que están en el cielo. Pero Jesús está
presente y vivo en el SAGRARIO.
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