La Iglesia pide la intercesión de María por los frutos del Sínodo
En la memoria litúrgica de la Visitación de la Bienaventurada Virgen María, que se celebrará mañana miércoles 31 de mayo, la Iglesia se une en oración por los frutos de la XVI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos que se celebrará en Roma en el mes de octubre.
El obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, presidirá esta oración mariana en el Santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, a las 17:30 horas. Después se celebrará la Eucaristía a las 18:00 horas. Asimismo, el obispo exhorta a los sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas a realizar ese día esta oración en las diferentes parroquias, conventos, monasterios y demás realidades eclesiales.
La intención de esta oración es poner todo el proceso sinodal que está realizando la Iglesia bajo la protección de la Virgen María, al tiempo que el Pueblo de Dios toma conciencia de la importancia de este camino sinodal y lo acompaña con una actitud orante.
En nuestra parroquia lo realizaremos con el Rosario de la Aurora que se realizara a las 7 de la mañana desde el Colegio de Ntra. Sra. del Sagrado Corazón y posterior Misa. Y el Rosario de la tarde y Santa Misa de las 8 de la tarde en la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol.
La oración mariana en preparación de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los obispos, dedicado a la sinodalidad, es la siguiente:
“Oh, María, Madre y modelo de la Iglesia.
Virgen oyente, Virgen orante, Virgen fecunda,
Virgen oferente, Virgen vigilante,
esposa, madre y reina.
Tú aceptaste al Verbo con inmaculado corazón,
lo concebiste en tu seno virginal,
y, al darlo a luz, preparaste el nacimiento de la Iglesia.
Tú, junto a la cruz,
aceptando el testamento del amor divino,
tomaste como hijos a todos los hombres,
nacidos a la vida sobrenatural
por la muerte de Cristo.
Tú, esperando con los apóstoles la venida del Espíritu,
uniendo tus oraciones a las de los discípulos,
te convertiste en el momento de la Iglesia suplicante.
Desde tu Asunción a los cielos,
acompañas a la Iglesia peregrina con amor materno,
y proteges nuestros pasos hacia la patria celeste,
hasta la venida gloriosa del Señor.
A ti acudimos en este día,
y te encomendamos la celebración y el fruto
de la próxima Asamblea del Sínodo de los Obispos,
para que la Iglesia, a impulsos del Espíritu,
crezca en comunión, en participación y en espíritu de misión.
Lleva esta humilde súplica a tu Hijo,
para que él la presente al Padre,
y no nos abandones a nosotros,
para que siempre y en todo momento
podamos hacer lo que él nos diga.
Que el Espíritu, que fecundó tus entrañas
por la escucha y obediencia de la fe,
siga renovando y rejuveneciendo la Iglesia
por los caminos de la comunión y la unidad.
Amén”.
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