¿Por qué se cubren las imágenes sagradas en la última semana
de Cuaresma?

En algunos lugares, en cuanto se acerca la Pascua, las
imágenes de las iglesias se cubren con un velo. ¿De dónde viene esta costumbre
y qué significa?
¿De dónde viene la costumbre católica de tapar las
imágenes sagradas durante el tiempo litúrgico de la Cuaresma?
La respuesta a esa pregunta se encuentra en la riquísima arquitectura litúrgica de la Iglesia. En primer lugar, no es verdad que las imágenes se tapen durante toda la Cuaresma, sino solamente en los días que preceden a la Pasión del Señor, más exactamente a partir del 5º Domingo de Cuaresma.
El Misal Romano (tercera edición, 20 octubre 2016) dice sobre el V Domingo de Cuaresma:
La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes de la iglesia desde este domingo puede conservarse. Las cruces permanecerán cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia pascual.
El Calendario Litúrgico-Pastoral 2020-2021 elaborado por el Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española dice: La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes de la iglesia desde este V domingo de cuaresma puede conservarse. Las cruces permanecerán cubiertas hasta después de la celebración de la Pasión del Señor, el Viernes Santo, y las imágenes hasta el comienzo de la Vigilia pascual.

Lo más importante que las normas es comprender su
significado. Al tapar el crucifijo, hasta el Viernes Santo, y las
imágenes de los santos, hasta la Vigilia Pascal, la Iglesia anticipa el luto
por la muerte de su Señor.
El enfoque de las lecturas es también distinto: en las
primeras semanas de la Cuaresma, los textos litúrgicos llaman sobre todo a la
penitencia y a la conversión personales.
A partir de la 5.ª semana de Cuaresma — que, en el
calendario antiguo, se llamaba simplemente 1º Domingo de Pasión —, los fieles
empiezan a escuchar las narraciones del Evangelio de San Juan, que invitan a
mirar a Jesús crucificado, no tanto con los ojos de la carne, sino más bien con
los del alma.
En su pedagogía de madre, por tanto, la Iglesia introduce los fieles en un misterio: el Viernes Santo, la cruz es desvelada de nuevo y ofrecida a la adoración de los fieles.

Iglesia de Ntra. Sra. de la Merced
Días de
duelo en la Iglesia
Desde
el V domingo de Cuaresma, los crucifijos y cruces de las Iglesias se cubren
hasta el final del Viernes Santo, cuando se celebra la Pasión del Señor. En concreto,
hasta el momento en el que el diácono o el sacerdote proclama tres veces,
mientras descubre la Cruz: He aquí el leño de la Cruz, en la que estuvo clavado
la Salvación del mundo. Dicha ceremonia, y la propia oración, no tendría
sentido si la cruz no hubiera estado velada previamente. El
resto de las imágenes siguen veladas hasta el comienzo de la Vigilia Pascual.
Son días de
duelo y la Iglesia se cubre con el velo de la viudez. El tiempo de Pasión está
consagrado de un modo especial al recuerdo de los sufrimientos de Cristo por el
que hemos obtenido la redención. Cuando veamos el templo vacío, porque ninguna
de las imágenes sea visible, pensemos que eso sucede en la Iglesia cuando
Cristo no está. Si
Jesús no hubiera resucitado, nuestra fe sería vana, y las imágenes en el tempo
no tendrían ningún sentido.
Esta vieja
costumbre de velar imágenes religiosas, se volvió a realizar en nuestra parroquia hace siete años con la llegada del actual párroco, tiene por intensión el ayudarnos a
enfocarnos en el aspecto penitencial de esta temporada litúrgica. Nos
recuerda de una manera visual que nuestra fe en toda su gloria solo es posible
a través de la obra de Cristo en su sufrimiento y muerte en la cruz.
Así como la
Iglesia en estas últimas semanas de
Cuaresma se centra en el aspecto penitencial, os proponemos que también en nuestros hogares cubramos con telas moradas los crucifijos
y otras imágenes sagradas. Nos recuerda que Jesús ocultó su gloria durante su
Pasión, así también velamos o tapamos nuestros objetos religiosos para prepararnos a
centrarnos en su Pasión y honrarla.




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