¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
¡ALELUYA. CRISTO RESUCITÓ. ALELUYA!
La Octava de Pascua permite repetir que la Resurrección se prolonga más allá del día de Pascua. Está formada por los ocho días que siguen al Domingo de Pascua, hasta el domingo siguiente.
Con el Domingo de Resurrección comienza los cincuenta días del tiempo pascual que concluye con la Solemnidad de Pentecostés.
La Octava de Pascua se trata de la primera semana de la Cincuentena; se considera como si fuera un solo día, es decir, el júbilo del Domingo de Pascua se prolonga ocho días seguidos.
Las lecturas evangélicas se centran en los relatos de las apariciones de Cristo Resucitado y las experiencias que los apóstoles tuvieron con Él.
En este tiempo litúrgico, la primera lectura que comúnmente se toma del Antiguo Testamento, se cambia por una de Los Hechos de los Apóstoles.
El segundo Domingo de Pascua también es llamado Domingo de la Divina Misericordia, según la disposición de San Juan Pablo II durante su pontificado tras la canonización de su compatriota Faustina Kowalska.
El decreto fue emitido el 23 de mayo del 2000 por la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, detallando que ésta tendrá lugar el segundo domingo de Pascua. La denominación oficial de este día litúrgico será «segundo domingo de Pascua o de la Divina Misericordia».
8 cosas de la Octava de Pascua
La Iglesia propone dos octavas celebrativas, una en Navidad y otra, con la Resurrección del Señor.1 Cirio Se enciende en la bendición del fuego nuevo en la Vigilia Pascual; permanecerá encendido durante la octava y toda la cincuentena pascual.
Entre los detalles que posee están: el año, cinco granos de incienso y las letras griegas alfa y omega en sus extremos verticales forman una cruz, además de la luz de Cristo resucitado.
2 Gloria Durante el tiempo de la Cuaresma y parte del Triduo Pascual, permaneció omitido a excepción de la celebración de San José. El himno del Gloria será entonado durante todas las celebraciones eucarísticas de la Octava de Pascua, al considerarse cada una de ellas con carácter de solemnidad, celebrando la resurrección.
3 Liturgia La liturgia de la palabra de la Octava de Pascua, tiene como detalle la utilización de los textos de los Hechos de los Apóstoles, Salmos de alegría y agradecimiento y en los relatos evangélicos, se narrarán algunos de los encuentros de Jesús Resucitado con los apóstoles y algunos de sus seguidores, como los de Emaús.
4 Celebración Al igual que la Octava de Navidad, estos ocho días se convierten en una misma y sola celebración con el acontecimiento de la Resurrección del Señor Jesús. Según la Iglesia, deberá ser la semana más alegre del año y eso, sin duda es un reto para los que en la Semana Santa se desgastan en cada una de las celebraciones.
5 Secuencia La Secuencia Pascual, es obligatoria durante la Octava de Pascua y se encuentra entronizada en la Liturgia de la Palabra. Es un relato en forma de poema, que narra la Resurrección de Jesús, utilizando adjetivos como el “cordero”. Con la de Pentecostés, son las únicas dos secuencias que la Iglesia pide rezar sin falta.
6 Oración La Liturgia de las Horas, como oración oficial de la Iglesia Católica y unida al espíritu de la Octava de Pascua, realiza las mismas oraciones durante los ocho días de la celebración, por lo que, se dará un verdadero realce a la resurrección. El detalle a tener en cuenta en esos días, es que la lectura breve varía.
7 Saludo final La bendición final del obispo o sacerdote en las misas de la Octava Pascual, tendrá una connotación distinta. Al finalizar la Eucaristía siempre impartirá la bendición solemne y en el envío, pronunciará las palabras ‘’pueden ir en paz, Aleluya, Aleluya” a lo que el pueblo debe contestar: ‘’demos gracias a Dios, Aleluya, Aleluya’’.
8 Conclusión La Octava de Pascua inicia en el Domingo de Resurrección y finaliza con el Domingo de la Divina Misericordia, instituido por San Juan Pablo II el 30 de abril del 2000, durante la canonización de Santa Faustina. A pesar de concluir estos ochos días celebrativos, la iglesia conservará el color blanco en la liturgia.
Un tiempo para resucitar con el Señor
La Octava de Pascua es un tiempo muy hermoso y solemne, en el que hay que recordar que con el domingo iniciamos el tiempo de la resurrección, finalizándolo en la noche de la Vigilia de Pentecostés.
La alegría y el gozo que nos da Jesucristo al vencer a la muerte y al pecado, se prolonga durante ocho días y ese, es el júbilo que queremos contagiar al mundo como pueblo cristiano. Estos ocho días se celebran solemnemente como si fuera domingo, o una misma celebración con todos los elementos propios: La Secuencia, el Gloria, el Aleluya, entre otros que nos hacen vivir la experiencia de la victoria pascual.
La Palabra de Dios hará énfasis en los distintos relatos de la experiencia que tuvieron los discípulos con el Resucitado, además de una lectura continua del libro de los Hechos de los Apóstoles no sólo en la Octava sino en todo el tiempo de Pascua, además esto, unido a la meditación alegre de la secuencia. Es un tiempo de gracia para que todos lo celebremos, para que todos participemos y honremos al Señor. En este tiempo de crisis sanitaria, con la enfermedad, confinamiento y muchos fallecidos por el Covid-19, dentro de la tristeza y el desconsuelo esperamos que Dios toque sus corazones.
Estamos llamados a vivir plenamente nuestro cristianismo, estamos llamados a celebrar con alegría, gozo y fe. Les invito a que vivamos esta Octava de Pascua, esperando que marque un antes y un después en nuestras vidas.
Una de las frases que va a resonar es: “Jesús está vivo” y justamente ese, es el anuncio que deberemos hacer a todas las personas con los que nos encontramos: “Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado”, al igual que como lo hacían los cristianos en tiempos antiguos.
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