8 de abril de 2020








Jueves Santo, comienza 

el Triduo Pascual

El Jueves Santo es el pórtico de entrada de las celebraciones del Triduo Pascual, compuesto por viernes Santo, Sábado Santo y Domingo de Resurrección. Cada día se conmemora de una forma especial un aspecto del Misterio Pascual.
¿Qué celebramos el Jueves Santo?
En Jueves Santo se celebra particularmente lo siguiente:
  •  La Última Cena. Fue su última celebración de la Pascua judía, pero orientó la celebración hacia la Nueva Pascua, hacia la Eucaristía, celebrada por mandato suyo y en conmemoración suya.
  •  El Lavatorio de los pies y el Mandamiento Nuevo del Amor. Con este gesto tan significativo Jesús nos recuerda que el servicio a los hermanos es la mejor manera de servirle y de ser grandes, pues Él no ha venido a ser servido sino a servir, y era Dios hecho hombre. La humildad, el servicio y el amor se entrelazan aquí para mostrarnos el camino efectivo al cielo.
  • La institución de la Eucaristía y del Sacerdocio. Este es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino. Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación. Todos estamos invitados a celebrar la cena instituida por Jesús. Para poder celebrar la Eucaristía es necesario el sacramento del Orden, para que in persona Christi el pan y el vino se conviertan por la acción del Espíritu Santo en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Jesús les otorga el gran don del sacerdocio a los apóstoles y la potestad de continuarlo por la imposición de manos y la oración. 
  • La oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní. Tras la Última Cena Jesús va a Getsemaní a orar junto con los 11 (Judas había abandonado el Cenáculo para ir a entregarlo). Allí reza para pedir fuerzas a su Padre del cielo y poder cumplir su voluntad, lo que exigirá su entrega total. Allí ya empieza a sentir el abandono de sus discípulos, que no pueden estar en vela ni una sola hora. Es una costumbre piadosa hacer la visita de los siete monumentos, hacer horas santas de oración ante el monumento, y acompañar a Jesús hasta la celebración del Viernes Santo. 

El Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, día de CÁRITAS, se conmemora la Institución de la Eucaristía como el regalo de Amor y también se conmemora la institución de uno de los Sacramentos de entrega y abandono total al Señor: el Sacramento del Orden Sacerdotal.
La Última Cena que celebra Jesús con sus amigos, signo de comunión y fraternidad, tanto en las palabras de la institución de la Eucaristía como en el gesto del lavatorio de los pies se convierten en el preludio de un concierto: el amor hasta el extremo: la total y plena entrega de la vida.
El Jueves Santo, día en que Jesucristo instituyó la Eucaristía, sacramento de la caridad, y nos dejó su mandamiento nuevo del amor: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”, es muy propio e indicado para la manifestación de la caridad.
“A Dios le agrada toda obra de misericordia, porque en el hermano que ayudamos reconocemos el rostro de Dios que nadie puede ver” (cf.Jn 1,18). Y cada vez que nos hemos inclinado ante las necesidades de los hermanos hemos dado de comer y de beber a Jesús; hemos vestido, ayudado y visitado al Hijo de Dios (cf. Mt 25,40): es decir, hemos tocado la carne de Cristo. (Papa Francisco)
“No hay alternativa a la caridad: quienes se ponen al servicio de los hermanos, aunque no lo sepan son quienes aman a Dios” (cf. 1 Jn 3, 16-18; St 2, 14-18) (Papa Francisco. Homilia de la misa de canonización de la Madre Teresa de Calcuta, 4 de septiembre 2016)






















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