Noviembre: mes para rezar por los difuntos y ganar indulgencias
El mes de noviembre es un mes dedicado a rezar especialmente por los difuntos. La Santa Sede ha establecido que durante todo el mes de noviembre se puedan ganar indulgencias plenarias.
En los Libros Santos se llaman Novísimos a las cosas que sucederán al hombre al final de su vida: la muerte, el juicio y el destino eterno (el cielo o el infierno). La Iglesia los hace presentes de modo especial durante el mes de noviembre. A través de la liturgia, se invita a los cristianos a meditar sobre estas realidades.
Quizás te preguntes, ¿Cómo se ha forjado esta tradición? En este artículo de Primeros Cristianos encontrarás tus respuestas a cómo fue la devoción a los difuntos en el cristianismo primitivo.
¿Qué dice el Catecismo?
El Catecismo de la Iglesia católica nos enseña que «la muerte pone fin a la vida del hombre como tiempo abierto a la aceptación o rechazo de la gracia divina manifestada en Cristo«. «Cada hombre, después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un juicio particular que refiere su vida a Cristo, bien a través de la purificación, bien para entrar inmediatamente en la bienaventuranza del cielo, bien para condenarse inmediatamente para siempre«. En este sentido, San Juan de la Cruz habla del juicio particular de cada uno diciendo que «al atardecer de la vida, te examinarán en el amor«. Catecismo de la Iglesia Católica, 1021-1022.
¿Qué sentido tiene rezar por los muertos? ¿Y qué es eso de los sufragios?
Como seguramente tú también te lo has preguntado, te contamos que la finalidad de esta celebración no es el mero recuerdo de los que ya no están con nosotros; sino la certeza de que cuando una persona muere se acaba su tiempo de merecer, de ganar méritos con la gracia de Dios para entrar al cielo. Una vez muertos ya no podemos hacer nada, pero sí pueden hacer por nosotros. A las oraciones que se elevan al Dios de la Vida en favor de los difuntos se las conoce como sufragios. El mejor de todos es el ofrecimiento de la Misa por ellos. Así cobran sentido las misas de aniversario o en sufragio por las almas de nuestros fieles difuntos.
¿Qué podemos hacer por los difuntos?
No solo podemos ofrecer por los difuntos la Misa. También podemos hacer otras muchas cosas como:
- Limosnas: dar limosna, como una obra de caridad, en favor de las almas del purgatorio
- Sacrificios: hacer pequeñas mortificaciones y ofrecerlas en su favor. Son obras de penitencia en reparación por los pecados que pudieron cometer y no expiar en vida.
- Misas en sufragio por sus almas: es lo más grande y mejor que podemos ofrecer por ellos
- Indulgencias: los vivos pueden ganar indulgencia plenaria para los muertos si entre el 1 y el 8 de noviembre confesamos, nos queremos apartar del pecado, comulgamos, rezamos por las intenciones del Santo Padre. Estas indulgencias se pueden ganar visitando los cementerios y rezando, al menos mentalmente, por los difuntos, y visitando y rezando piadosamente iglesias u otros centros de oración el día 2.
- Oración: acordándonos y encomendando al Dios de la vida los difuntos.
- Responsos: es la oración específica que tiene la Iglesia para pedir el descanso eterno para los difuntos.
En este día hay diversas tradiciones y costumbres. Es común a todos los lugares el visitar y adornar las tumbas de nuestros seres queridos y rezar delante de ellas.
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Santo del día 2 de Noviembre: Conmemoración de los fieles difuntos
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