7 de febrero de 2021



Campaña de Manos Unidas contra el Hambre



Spot Manos Unidas 2021


El domingo 14 de febrero la Iglesia española celebra la 

Jornada Nacional de Manos Unidas y pone en marcha su Campaña anual con el lema “Contagia solidaridad para acabar con el  hambre”.  

 Esta  campaña  viene inspirada  especialmente  por 

aquellas  mujeres  de  Acción  Católica,  que  hace algo 

más  de  60 años,  plenamente  confiadas en  la  fuerza del Espíritu Santo fueron capaces de empezar una corriente de solidaridad tal que supuso la creación, el reconocimiento y el 

prestigio de Manos Unidas como la institución oficial de la Iglesia española para el desarrollo en los países más desfavorecidos. 

Es fácil frenar la solidaridad y no poner tanto la mirada en los países empobrecidos del sur, cuando estamos viendo las secuelas de la pobreza entre nuestras familias, calles y pueblos.  Si  la  pandemia  ha  contagiado  enfermedad,  muerte  y  pobreza,  la  solidaridad  debe  contagiarse y llegar a todos, y con más razón a los que menos tienen. 

Como afirmó el Papa  Francisco en  la audiencia  del  2  de  septiembre  del  2020:  “Para  salir mejor  de esta  crisis,  debemos  hacerlo  juntos,  en  solidaridad”. 

Esta  es  la  llave  de  la  justicia  y  la  equidad  que 

construirá un bienestar duradero, y contribuirá al bien 

común para toda la humanidad. 

Manos Unidas sigue llevando soluciones, esperanza y 

alegría a miles de rincones y personas de los países más 

empobrecidos en los que trabaja,que también dependen de nosotros.  

Gracias por tu confianza y tu oración por Manos Unidas. 


Manos Unidas, la ONG de desarrollo de la Iglesia Católica y de voluntarios

Trabajamos para apoyar a los pueblos del Sur en su desarrollo y en la sensibilización de la población española. 

Una organización con historia

La historia de la Campaña contra el Hambre comenzó en 1955, cuando la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) hizo público un manifiesto en el que, respondiendo a un llamamiento de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), anunciaba su compromiso en la lucha contra el hambre en el mundo. En 1959, las mujeres de Acción Católica de España tomaron el testigo y lanzaron la primera Campaña contra el Hambre, a partir de la cual se fue configurando la actual Manos Unidas.

Las Mujeres de Acción Católica Española respondieron a este llamamiento que denunciaba el “hambre de paz, de cultura y de Dios que padece gran parte de la humanidad”. Realizaron su primera Campaña contra el Hambre en 1960, a partir de la cual se ha ido configurando la actual “Manos Unidas”.

Desde 1960, y año a año, se fueron organizando ayunos y colectas para denunciar y luchar contra el hambre y, poco a poco, el importe que se recaudaba iba subiendo hasta que en 1970 la recaudación fue mayor de lo habitual. Pero fue ese año, sobre todo, cuando la organización de la Campaña se consolidó ya que la Conferencia Episcopal Española acordó que se hiciera una colecta extraordinaria contra el hambre en el mundo en todas las parroquias de España (el segundo domingo de febrero), y que se convocara una jornada de ayuno voluntario el viernes anterior a dicho domingo.

En 1978 la Campaña contra el Hambre adquiere personalidad jurídica propia y pasa a denominarse “Manos Unidas - Comité Católico de la Campaña contra el Hambre en el Mundo”. Para ello, la Conferencia Episcopal Española aprueba la erección canónica de Manos Unidas y aparecen los primeros Estatutos. En 1979 hace su registro en el Ministerio de Justicia y, posteriormente, en el Registro de Entidades Religiosas.

En el transcurso de su historia, Manos Unidas ha pasado por diferentes etapas en cuanto a su ubicación jurídica, pero nunca ha dejado de ser una institución eclesial ni de tener la misma misión que en su origen: la lucha contra la pobreza y el hambre en el mundo. Los estatutos han sido revisados en 1981, 1993, 2000, 2003 hasta los actuales de 2012.


Contagia solidaridad para acabar con el hambre. Video de Campaña de Manos Unidas 2021. Versión 6 mi


                        OBISPO DE CARTAGENA CAMPAÑA 2021


Contagia solidaridad para acabar con el hambre Manos Unidas nos lanza la voz de los más necesitados y espera nuestra respuesta decidida y personal. Es el grito de una gran parte de la humanidad la que llama desde sus miserias nuestra atención. No podemos cerrar los ojos a las necesidades, ni apagar la luz para no ver sus carencias y pobrezas porque nos resultan desagradables. Es la persona con hambre la que grita, es Jesús mismo desde la cruz el que llama nuestra atención para que reparemos en los que están crucificados con Él y no son precisamente los malhechores, sino los hijos de Dios, los inocentes que están “pagando el pato” de nuestras comodidades, lujos y abundancia.

¿A quién no se le parte el alma cuando ve el rostro de los niños esqueléticos a causa de la hambruna? ¿Qué han hecho ellos para que les haya tocado vivir una situación tan dramática y tan carente de esperanza y alegría? Manos Unidas nos dice con voz desgarrada este año: «Aunque constatamos que se han conseguido avances, todavía queda mucho por hacer. Y ahora, más que nunca, con esta pandemia que asola el planeta y que está haciendo retroceder todos esos avances, tenemos que seguir acompañando a nuestros hermanos del Sur en la defensa de una vida digna para todos». El Papa Francisco comenta en su Encíclica Laudato si’, lo que algunos piensan sobre este tema, que no hay que preocuparse, porque la economía lo arreglará todo, que «los problemas del hambre y la miseria en el mundo simplemente se resolverán con el crecimiento del mercado»; pero, sigue ahondando más aún el Papa en los planteamientos de los que no tienen intención de arreglarlo, ya que el objetivo fundamental para este tipo de personas, «con el objetivo de maximizar los beneficios es suficiente. La cuestión está en que: no se elaboran con suficiente celeridad instituciones económicas y cauces sociales que permitan a los más pobres acceder de manera regular a los recursos básicos» (cf. Papa Francisco, Carta Encíclica, Laudato si’, Roma (2015), 109).

La Campaña de Manos Unidas contra el hambre de tantos hermanos en el mundo nos urge –a la luz de las lecturas de este domingo– a ver que los problemas de la gente son reales, que el leproso del Evangelio no es un personaje de ficción, que existen muchos millones de leprosos que nos gritan, como a Jesús: ¡Si queréis podéis curarnos! En el Evangelio es el grito de la esperanza, el grito de un marginado, el grito del dolor y de la soledad, el grito de los invisibles y despreciados por sus contemporáneos. Pero Jesús no pasa de largo, el Señor se detiene, no teme contagiarse y le pone la mano sobre la cabeza y le cura, dándonos el mensaje de su enorme humanidad, de lo que debe ser un corazón samaritano.

El grito de tantos hermanos resuena este año con más fuerza, porque las cifras del hambre y de la pobreza son peores que otros años, se podrán imaginar que la pandemia ha hecho estragos, dejando un rastro de dolor y sangre en los pueblos más vulnerables. ¿Somos capaces de unirnos para rescatar a hombres, mujeres, niños y ancianos a levantarse de ese suelo de indignidad? ¿Somos capaces de descubrir en ellos a los hijos de Dios que nos reclaman? Ellos nos reclaman su dignidad, sus derechos, su espacio, su trabajo y su pan.

¡Gracias, voluntarios de Manos Unidas! Que el Señor nos conceda un corazón con tanta ternura como el de Jesucristo para ayudar.

 + José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena
















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