22 de mayo de 2020

Ejercicio del Mes de las Flores - Día 22

Devoción Ejercicio del Mes de las Flores 

Esta devoción puede realizarse o bien por la mañana o por la tarde. Cada uno que la realice según el momento del día más conveniente. 

CÁNTICO: «VENID Y VAMOS TODOS»
Venid y vamos todos con flores a porfía
con flores a María
que Madre nuestra es.

De nuevo aquí nos tienes purísima doncella
más que la luna bella postrados a tus pies.


A ofrecerte venimos flores del bajo suelo
con cuánto amor y anhelo Señora Tú lo ves.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

         Señora y Madre Nuestra de la Esperanza, venimos a tu presencia, al finalizar (comenzar)  este día del mes de las flores, a presentar delante de tu Imagen las flores de nuestro cariño.

         Deseamos que este día haya transcurrido (transcurra) todo él bendiciendo y alabando al Señor y realizando su voluntad bajo tu mirada.

         Ayúdanos tú, Virgen nuestra, a realizar estos nuestros deseos, ya que en tu vida siempre realizaste la voluntad de Dios. Tú sabes que somos débiles, pero contamos con tu ayuda valiosa.

         Al acercarnos a ti durante este mes de mayo, te pedimos, Madre nuestra, que las reflexiones de estos días nos ayuden a conocerte mejor y a imitar tus virtudes, ya que somos hijos tuyos y tú eres nuestro modelo.

         Que la flor de este día nos ayude a parecernos a ti y a querer con todo el corazón a tu Hijo Jesús. Amén.

Día 22º
MARÍA, OJOS MISERICORDIOSOS

         Decimos que la cara es el espejo del alma. Todo nuestro interior se refleja en el rostro. Y especialmente en la mirada. Los ojos de una persona muestran su corazón. A veces pensamos: ¿cómo serían los ojos de la Virgen? Podrían ser verdes como las praderas o azules como el cielo. Quizá marrones o negros. No lo sabemos. Lo cierto es que serían unos ojos preciosos. En el rezo de la salve decimos que los ojos de la Virgen son misericordiosos: <<esos tus ojos misericordiosos>>.

         Sí sabemos algo cierto. Los primeros ojos que contemplaron al Dios hecho hombre, o mejor, al Dios hecho niño, fueron los de María. Podemos imaginar: ¡qué mirada tan tierna de la Madre al Hijo y del Hijo a la Madre en el primer instante en que la Palabra de Dios hecha carne viene a nuestro mundo en aquella primera Navidad en la historia!
        

         Y luego, a lo largo de la vida, cuántas miradas de la Madre al hijo y del hijo a la Madre. Dice una copla navarra: "Tienes los ojos azules de tanto mirar al cielo". La Virgen tendría unos ojos divinos de tanto mirar a Dios. La última mirada, quizá la más emocionante y trágica, fue la de la Cruz. Sin duda alguna que Jesús miró a su madre, miró al cielo y dando una gran voz entrega su espíritu al Padre.

         La mirada de la Virgen nos invita a nosotros a mirarla también a Ella. A llenarnos de alegría contemplando ese rostro y esa mirada. Y a saber mirar también esas maravillas que Dios realiza en la creación y saber bendecirle y alabarle por las cosas tan estupendas que ha realizado. Que el materialismo de las cosas de la tierra no nos impidan esa contemplación.

         Y a saber mirar también el rostro de Jesús que se refleja en tantas personas que sufren, porque decía Él: <<Cualquier cosa que le hacéis a uno de estos pequeños me lo hacéis a mi>>.

Pedir la gracia que se desee este día. 
Rezar tres avemarías. 

ORACIÓN FINAL
PARA TODOS LOS DÍAS

         Madre nuestra, hemos contemplado tu figura, nos has llenado con tu mirada. Ayúdanos a vivir los deseos que han brotado en nuestro corazón al contemplar tu belleza espiritual. Que siguiendo tus huellas, un día podamos contemplarte por toda la eternidad en la casa de nuestro Padre Dios.

         Ponemos en tu presencia nuestras intenciones y deseos. Te pedimos por nuestras familias para que sean como tu familia en Nazaret en la que resplandecían los tesoros del amor, la paz, la comprensión y la ayuda mutua.
        
Bendice a nuestra parroquia, a nuestro pueblo de Calasparra y a todos sus habitantes. Que el trabajo de este día nos ayude a todos a colaborar con la obra creadora de nuestro Padre Dios. Que el mundo entero pueda vivir en paz y con el deseo de ayudarnos mutuamente.

Desde este tu altar sigue mirándonos a todos tus hijos y que con la alegría de haberte alabado en este día volvamos llenos de gozo a nuestro trabajo diario. Y que mañana volvamos a reunirnos bajo tu manto y tu mirada cariñosa. Amén.

ORACIÓN BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza; a Ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!



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