19 de mayo de 2020

Ejercicio del Mes de las Flores - Día 19

Devoción Ejercicio del Mes de las Flores 

Esta devoción puede realizarse o bien por la mañana o por la tarde. Cada uno que la realice según el momento del día más conveniente. 

CÁNTICO: «VENID Y VAMOS TODOS»
Venid y vamos todos con flores a porfía
con flores a María
que Madre nuestra es.

De nuevo aquí nos tienes purísima doncella
más que la luna bella postrados a tus pies.


A ofrecerte venimos flores del bajo suelo
con cuánto amor y anhelo Señora Tú lo ves.


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

         Señora y Madre Nuestra de la Esperanza, venimos a tu presencia, al finalizar (comenzar)  este día del mes de las flores, a presentar delante de tu Imagen las flores de nuestro cariño.

         Deseamos que este día haya transcurrido (transcurra) todo él bendiciendo y alabando al Señor y realizando su voluntad bajo tu mirada.

         Ayúdanos tú, Virgen nuestra, a realizar estos nuestros deseos, ya que en tu vida siempre realizaste la voluntad de Dios. Tú sabes que somos débiles, pero contamos con tu ayuda valiosa.

         Al acercarnos a ti durante este mes de mayo, te pedimos, Madre nuestra, que las reflexiones de estos días nos ayuden a conocerte mejor y a imitar tus virtudes, ya que somos hijos tuyos y tú eres nuestro modelo.

         Que la flor de este día nos ayude a parecernos a ti y a querer con todo el corazón a tu Hijo Jesús. Amén.

Día 19º
MARÍA, MUJER DEL SILENCIO

         Una de las cosas que más nos llaman la atención en el Evangelio son las pocas palabras de la Virgen. Ella ocupa un lugar destacado en la historia de la salvación. Jesús, su Hijo, quiso asociarla en la obra maravillosa de la salvación de los hombres. Pero sus palabras son muy escasas. En toda la historia encantadora del nacimiento de Jesús no le oímos decir ni una sola palabra.

         Sólo en cuatro ocasiones habla María y nos ha dejado constancia el Evangelio. La primera es en el anuncio del ángel que va ser la madre de Jesús. La segunda es en el canto del Magníficat: <<Mi alma engrandece al Señor…>>. La tercera es cuando encuentra a su Hijo en el Templo de Jerusalén. Y la cuarta será en las bodas de Caná de Galilea: <<No les queda vino>> y <<Haced lo que Él os diga>>. Y ya no oiremos más palabras salidas de la boca de la Virgen María.

         Estará en la última Cena del Cenáculo y al pie de la cruz en el Calvario. Será testigo de la resurrección de su Hijo, pero de sus labios no sale ni una sola palabra.

No es que María sea sobria en palabras o sea tímida y no quiera hablar. Hay un motivo que justifica el silencio de María. El evangelista San Lucas nos lo dice en una frase certera: <<María conservaba todas estas cosas meditándolo en su corazón>>. María guardaba silencio con la gente porque hablaba con Dios. ¡Qué diálogos tan íntimos y cariñosos entre Jesús y su Madre!

         María nos invita a todos nosotros a saber guardar silencio para que pueda Dios hablarnos en el corazón. Nos sobran ruidos, nos sobran palabras, nos sobran rumores, nos sobran chismes. Ahí no habla Dios. Sólo en el silencio podemos escuchar a Dios, como en el silencio lo escuchó la Virgen María.

Pedir la gracia que se desee este día. 
Rezar tres avemarías. 

ORACIÓN FINAL
PARA TODOS LOS DÍAS

         Madre nuestra, hemos contemplado tu figura, nos has llenado con tu mirada. Ayúdanos a vivir los deseos que han brotado en nuestro corazón al contemplar tu belleza espiritual. Que siguiendo tus huellas, un día podamos contemplarte por toda la eternidad en la casa de nuestro Padre Dios.

         Ponemos en tu presencia nuestras intenciones y deseos. Te pedimos por nuestras familias para que sean como tu familia en Nazaret en la que resplandecían los tesoros del amor, la paz, la comprensión y la ayuda mutua.
        
Bendice a nuestra parroquia, a nuestro pueblo de Calasparra y a todos sus habitantes. Que el trabajo de este día nos ayude a todos a colaborar con la obra creadora de nuestro Padre Dios. Que el mundo entero pueda vivir en paz y con el deseo de ayudarnos mutuamente.

Desde este tu altar sigue mirándonos a todos tus hijos y que con la alegría de haberte alabado en este día volvamos llenos de gozo a nuestro trabajo diario. Y que mañana volvamos a reunirnos bajo tu manto y tu mirada cariñosa. Amén.

ORACIÓN BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza; a Ti, celestial Princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco desde este día alma, vida y corazón. ¡Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía!











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