11 de enero de 2020


Fiesta del bautismo del Señor


Jesús es bautizado en las aguas del Jordán al inicio de su ministerio público, no por necesidad, sino por solidaridad redentora. Es la fiesta que celebramos este domingo.
"Estamos llamados a vivir cada día nuestro Bautismo, como realidad actual en nuestra existencia. Si logramos seguir a Jesús y permanecer en la Iglesia, incluso con nuestros límites, con nuestras fragilidades y nuestros pecados, es precisamente por el Sacramento en el cual hemos sido convertidos en nuevas criaturas y hemos sido revestidos de Cristo". Papa Francisco, Audiencia 8 de enero de 2014
1. ¿Qué es el Bautismo?
El santo Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1213
2. ¿De dónde surge la denominación de Bautismo?
Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (baptizein en griego) significa "sumergir", "introducir dentro del agua"; la "inmersión" en el agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo, de donde sale por la resurrección con Él transformado en una "nueva criatura", como explica san Pablo a los Corintios y a los Gálatas (2 Co5,17; Ga 6,15).
Este sacramento es llamado también “baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo”, porque significa y realiza ese nacimiento del agua y del Espíritu sin el cual "nadie puede entrar en el Reino de Dios", como dice el Evangelio de san Juan.
Habiendo recibido en el Bautismo al Verbo, "la luz verdadera que ilumina a todo hombre" (Jn 1,9), el bautizado, se convierte en "hijo de la luz", y en "luz" él mismo. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1214, 1215, 1216
3. ¿Por qué se bautizó Jesús?
Jesús comienza su vida pública tras hacerse bautizar por san Juan el Bautista en el Jordán y, después de su Resurrección, confiere esta misión a sus Apóstoles: "Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado".
Nuestro Señor se sometió voluntariamente al Bautismo de san Juan donde el Espíritu desciendió sobre Él, y el Padre manifiestó a Jesús como su "Hijo amado".
Con su Muerte y Resurrección, Cristo abrió a todos los hombres las fuentes de la gracia. Por eso, el bautismo de la Iglesia borra el pecado original y nos hace hijos de Dios. Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1223, 1224, 1225
4. ¿Desde cuándo se bautiza en la Iglesia?
Desde el día de Pentecostés la Iglesia ha celebrado y administrado el santo Bautismo. En efecto, san Pedro declara a la multitud conmovida por su predicación: "Convertíos [...] y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hch 2,38). Los Apóstoles y sus colaboradores ofrecen el bautismo a quien crea en Jesús: judíos, hombres temerosos de Dios, paganos. El Bautismo aparece siempre ligado a la fe: "Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y tu casa", declara san Pablo a su carcelero en Filipos. El relato de los Hechos de los Apóstoles continúa: "el carcelero inmediatamente recibió el bautismo, él y todos los suyos".
Según el apóstol san Pablo, por el Bautismo el creyente participa en la muerte de Cristo; es sepultado y resucita con Él: «¿O es que ignoráis que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jesús, fuimos bautizados en su muerte? Fuimos, pues, con él sepultados por el bautismo en la muerte, a fin de que, al igual que Cristo fue resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva» (Rm 6,3-4)

Los bautizados se han "revestido de Cristo". Por el Espíritu Santo, el Bautismo es un baño que purifica, santifica y justifica. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1226, 1227
5. ¿Cómo se celebra el sacramento del Bautismo?
El rito esencial del sacramento del Bautismo significa y realiza la muerte al pecado y la entrada en la vida de la Santísima Trinidad a través de la configuración con el misterio pascual de Cristo. El Bautismo es realizado de la manera más significativa mediante la triple inmersión en el agua bautismal. Pero desde la antigüedad puede ser también conferido derramando tres veces agua sobre la cabeza del candidato.
En la Iglesia latina, esta triple infusión va acompañada de las palabras del ministro: 
"N., yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". En las liturgias orientales, estando el catecúmeno vuelto hacia el Oriente, el sacerdote dice: "El siervo de Dios, N., es bautizado en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". Y mientras invoca a cada persona de la Santísima Trinidad, lo sumerge en el agua y lo saca de ella.
La unción con el santo crisma, óleo perfumado y consagrado por el obispo, significa el don del Espíritu Santo al nuevo bautizado. Ha llegado a ser un cristiano, es decir, "ungido" por el Espíritu Santo, incorporado a Cristo, que es ungido sacerdote, profeta y rey (cf. Ritual del Bautismo de niños, 62).
En la liturgia de las Iglesias de Oriente, la unción postbautismal es el sacramento de la Crismación (Confirmación). En la liturgia romana, dicha unción anuncia una segunda unción del santo crisma que dará el obispo: el sacramento de la Confirmación que, por así decirlo, "confirma" y da plenitud a la unción bautismal.
La vestidura blanca simboliza que el bautizado se ha "revestido de Cristo" (Ga 3,27): ha resucitado con Cristo. El cirio que se enciende en el Cirio Pascual, significa que Cristo ha iluminado al neófito. En Cristo, los bautizados son "la luz del mundo" (Mt 5,14; cf Flp 2,15).
El nuevo bautizado es ahora hijo de Dios en el Hijo Único. Puede ya decir la oración de los hijos de Dios: el Padre NuestroCatecismo de la Iglesia Católica, nn. 1240, 1241, 1242, 1243


Elección de un padrino de de bautismo y confirmación

Un padrino asume el compromiso de educar en la fe, ayudar a convertimos en adultos soldados de Cristo y deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar en su caminar por la vida cristiana, por su solidez en la fe, que lleven una correcta vida cristiana, que se acerquen frecuentemente a los sacramentos, que estén dentro de la Iglesia.

La idea del padrino es que te ayuda a caminar en la fe, sea tu apoyo en tu camino hacia Cristo por eso debe ser un católico practicante quien te pueda ayudar y sostener para que tu fe no se apague.
Muchas veces se eligen padrinos bautizados, pero que no van ni a misa, la idea es que sea padrino en la fe .
Y si no se tienen familiares, pues un catequista podría ser el padrino, un religioso, religiosa, etc.



¿Cómo elegir padrinos?

Función de los padrinos
Normalmente se los suele elegir por cuestiones de amistad, simpatía, reciprocidad (alguien elegido como padrino del hijo de un amigo, se siente obligado a retribuir nombrándolo padrino de un hijo) u otros motivos sociales. Todos estos motivos son válidos, siempre y cuando la persona tenga las condiciones que le permitan cumplir su tarea de padrino. No olvidemos que esta elección no es un premio, ni una distinción, ni un honor, sino una responsabilidad, para la cual hay que ser idóneo. Obviamente los lazos afectivos son importantes y ayudan a cumplir esta misión, pero deben ir acompañados por otros requerimientos.
Para comenzar habría que ver qué función cumple un padrino/madrina, ya que si queremos que cumpla bien su función, tendrá que tener las condiciones necesarias para ser capaz de llevarla adelante.
Los dos textos del Magisterio de la Iglesia que constituyen la referencia obligada son el Catecismo de la Iglesia Católica y el Código de Derecho Canónico.

El Catecismo de la Iglesia dedica dos números:
“Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse es importante la ayuda de los padres. Ese es también el papel del padrino o de la madrina, que deben ser creyentes sólidos, capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vida cristiana. Su tarea es una verdadera función eclesial” (n. 1255).
“Para la Confirmación, como para el Bautismo, conviene que los candidatos busquen la ayuda espiritual de un padrino o de una madrina. Conviene que sea el mismo que para el Bautismo a fin de subrayar la unidad entre los dos sacramentos” (n. 1311).

Las condiciones exigidas por el Código de Derecho Canónico:

- "En la medida de lo posible, a quien va a recibir el bautismo se le ha de dar un padrino, cuya función es asistir en su iniciación cristiana al adulto que se bautiza, y, juntamente con los padres, presentar al niño que va a recibir el bautismo y procurar que después lleve una vida cristiana congruente con el bautismo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al mismo". (872)
- "Téngase un solo padrino o una sola madrina, o uno y una". (873)
- "Para que alguien sea admitido como padrino, es necesario que:
1. haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres o por quienes ocupan su lugar o, faltando éstos, por el párroco o ministro; y que tenga capacidad para esta misión e intención de desempeñarla;
2. haya cumplido dieciséis años, a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción;
3. sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el santísimo sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir;
4. no esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o declarada;
5. no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar” (874 § 1).
Al ocuparse de la Confirmación señala:
"En la medida de lo posible, tenga el confirmando un padrino, a quien corresponde procurar que se comporte como verdadero testigo de Cristo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al sacramento” (892).
En el canon 893 remite a las condiciones indicadas para los padrinos de Bautismo, añadiendo que "es conveniente que se escoja como padrino a quien asumió esa misión en el bautismo".

Vida cristiana coherente
Como vemos estos documentos, además de las condiciones específicas de edad y de recepción de los Sacramentos de la Iniciación cristiana, señalan una condición general de llevar una vida congruente con la fe.
Con esto quedan directamente excluidos como candidatos a padrinos:
- quienes viven en una situación matrimonial irregular (ya sea porque viven en concubinato o son divorciados vueltos a casar),
- quienes han incurrido en penas canónicas, o que han apostatado de la fe (adhiriendo a cultos de otras confesiones religiosas), etc.
E indirectamente quedan excluidos quienes no practican la fe. En efecto, una persona que no va a Misa los domingos, o que no se confiesa ni comulga, difícilmente pueda ser una ayuda espiritual en el camino hacia la madurez cristiana. Sería como contratar como maestro a una persona que a penas sabe leer y escribir.
Resulta obvio que no puede ponerse como ejemplo y modelo de la vida cristiana a quien no la vive con coherencia. Difícilmente pueda ayudar a recorrer el camino cristiano, quien haya decidido libremente no recorrerlo él mismo. Por eso el Catecismo señala que los padrinos deben ser "deben ser creyentes sólidos", y "capaces y prestos a ayudar al nuevo bautizado, niño o adulto, en su camino de la vida cristiana".
Cualquier cristiano practicante, coherente con su fe, puede ser padrino/madrina. No hacen falta otros requisitos especiales.

Estado de gracia
Aun que no es un requisito requerido por la Iglesia, se desprende de la función que cumple: es casi una cuestión de coherencia personal. Acudir en estado de pecado a asumir la responsabilidad de ayudar en la vida cristiana a alguien, sería algo realmente extraño: constituiría un contrasentido.
En el caso de la Confirmación se añadiría el hecho de que si el padrino careciera del estado de gracia, no estaría en condiciones de recibir la Eucaristía. Se daría así la “curiosidad” de que no podría acompañar a su ahijado en la Comunión.
La tarea de los padrinos es una verdadera función eclesial. La Iglesia les da un encargo, una tarea. Con la consiguiente responsabilidad: Dios pedirá cuenta a los padrinos de cómo han cumplido su tarea, y también los premiará especialmente por lo que hayan hecho por sus ahijados.

Cómo cumplen su función
Fundamentalmente de cuatro formas:
1. Oración. Siendo una tarea espiritual, la primera ayuda que brindan a sus ahijados es la oración. Deben rezar por ellos con frecuencia, para conseguirles la gracia necesaria para su vida cristiana.
2. Buen ejemplo
3. Orientación: enseñando, acompañando, corrigiendo, aconsejando.
4. Suplencia. En ausencia de los padres (porque no estuvieran presentes, o porque no se ocuparan) debe velar por la formación cristiana de sus ahijados, su práctica religiosa, etc.












No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu participación.