El “Domingo de la Palabra de Dios” y su dimensión litúrgica
En el tercer domingo del tiempo ordinario, la Iglesia celebra el “Domingo de la Palabra de Dios”. El Papa Francisco lo ha instituido para “crecer en el pueblo de Dios la familiaridad religiosa y asidua con la Sagrada Escritura”.
“El Domingo de la Palabra de Dios puede ser esa capacidad del pueblo de comprender la Sagrada Escritura, porque no es sólo un libro es una Palabra, es algo vivo, es algo que toca nuestra vida. Y por eso en la liturgia, en todo lo que expresa la vida de la comunidad cristiana, la Palabra de Dios es un momento de unidad, es un momento en el cual damos la fuerza necesaria para la evangelización”
Redescubrir el valor de la Escritura en la vida cotidiana
La Palabra de Dios un ámbito privilegiado
El Señor puede tocar con su Palabra las profundidades de nuestra alma en cualquier momento o circunstancia. Sin embargo, quienes observen la historia de la salvación descubrirán situaciones y contextos particulares que forman una especie de gramática con la que Dios articula su diálogo con nosotros. Si pensamos en el Sinaí veremos una asamblea reunida para escuchar la Palabra y sellar la Alianza. Después de escuchar, a través de Moisés, las palabras del Señor, todo el pueblo respondió conjuntamente: “¡Lo que el Señor ha dicho, lo haremos!” (Ex 19:8; Ex 24:3-8). Un esquema ritual semejante lo encontramos en el Segundo Libro de los Reyes (2 Reyes 23:1-3) y en el Libro de Nehemías (Ne 10:30).
EL SEÑOR PUEDE TOCAR CON SU PALABRA LAS PROFUNDIDADES DE NUESTRA ALMA EN CUALQUIER MOMENTO O CIRCUNSTANCIA
Cuando la Iglesia, el nuevo Israel, se revele al mundo, enseñará a los hombres la misma gramática que había aprendido de sus padres. Por eso el día de Pentecostés, "los que acogieron la palabra de Pedro fueron bautizados" (Hechos 2:41). La secuencia "proclamación de la Palabra - obediencia a la Palabra" define el ADN de las acciones litúrgicas. Como nos recuerda el Concilio Vaticano II, "la palabra y el rito están íntimamente ligados" (Sacrosanctum Concilium 35). Es más, en el caso paradigmático de la Eucaristía, "la liturgia de la palabra y la liturgia de la Eucaristía están tan estrechamente unidas que forman un único acto de culto" (Sacrosanctum Concilium 56).
Carta Aperuit illis
El Papa con su Carta Aperuit illis ha querido » responder a las numerosas peticiones […] del pueblo de Dios, para que en toda la Iglesia se pueda celebrar con un mismo propósito el domingo de la Palabra de Dios» (Ai, 2).
Este Domingo de la Palabra de Dios es, por tanto, una iniciativa pastoral de Nueva Evangelización, con el fin de «reavivar la responsabilidad que los creyentes tienen en el conocimiento de la Sagrada Escritura y en mantenerla viva mediante un trabajo de transmisión y comprensión permanente, capaz de dar sentido a la vida de la Iglesia en las diversas condiciones en las que se encuentra».
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