13 de diciembre de 2019


Confesiones en Adviento


El Adviento en preparación a la Navidad nos anima a estar más cerca de Jesús, ese Niño envuelto en pañales que con sencillez y ternura nos invita a poner paz en nuestro corazón.



Una buena ocasión para confesarse


Siempre es un buen momento para confesarse y el Adviento puede ser una gran ocasión, no la desaprovechemos.
"Hay muchas personas humildes que confiesan sus recaídas...
El Señor de la misericordia nos perdona siempre, de manera que nos ofrece la posibilidad de volver a empezar de nuevo"

San Juan Pablo II, cercana la Navidad de 1980, estuvo con cerca de 2000 niños en una parroquia romana y, al comenzar su catequesis de Navidad, les preguntó ¿Cómo os preparáis para la navidad?, con la oración, respondieron gritando los niños. Bien con la oración pero también con la Confesión. Tenéis que confesaros para acudir después a la Comunión, ¿Lo haréis?, les preguntó y ellos contestaron: lo haremosSi debéis hacerlo y, en voz baja siguió diciendo, el Papa también se confesará para recibir dignamente al Niño Dios.

Para confesarnos bien, es necesario hacer examen de conciencia y para ello es muy conveniente que todos los días hagamos un repaso breve de tres o cuatro minutos sobre las cosas en las que hayamos podido ofender a Dios y al prójimo y anotarlo, así el día de la confesión nos resultará más fácil recordar los pecados cometidos desde la última confesión bien hecha.

Hay muchos exámenes de conciencia colgados en internet: Modo práctico de confesarse-Adelante la Fe

En el momento de la confesión. Saludamos con las palabras. “Ave María Purísima”. El sacerdote nos contesta, “Sin pecado concebida”, en algunas ocasiones se dice. “Señor tú lo sabes todo tu sabes que te amo.”
Acto seguido, se dice el tiempo que hace de la ultima confesión, después nos acusamos, de todos los pecados que hayamos cometido desde la última confesión bien hecha. En este punto hay que aclarar que nos confesamos de nuestros pecados, no de los pecados del vecino, ni del marido o la mujer, ni del cuñado o la suegra. No valen las justificaciones, Dios nos conoce y sabe perfectamente en que hemos fallado.

El sacerdote es el mismo Cristo. ipse Christus.

En algunos casos se dice “Jesús Hijo de Dios apiádate de mí que soy un pecador/a”, el sacerdote, en ese momento nos dará la absolución en nombre de Cristo, es Dios mismo quien nos perdona, es una deferencia de Dios hacía nosotros. Algunos sacerdotes además aprovechan para darnos Dirección Espiritual.
No dejemos de confesarnos al menos una vez al mes, mejor cada quince días o cada semana. Y aprovechemos las Gracias del Sacramento.

La Confesión, ¿en qué consiste?

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