Los días 28 y 29 de diciembre, nuestro párroco visitó por primera vez el convento de San Pedro Regalado de las hermanas de Iesu Communio, acompañado de dos jóvenes de la parroquia y amigos de la comunidad. Al igual, que el pasado verano tuvo la oportunidad de conocer la casa madre de las hermanas franciscanas, en Antequera (Málaga). También quiso visitarlas, principalmente por Isabel María,la joven calasparreña, que inició el postulantado el 15 de septiembre del 2012, e hizo el pasado 29 de noviembre de este año que finalizamos el paso al juniorado, la profesión temporal, en donde nos comunicó el nombre que Dios le suscitó para su vida consagrada, Alicia el cuál significa VERDAD.
El lunes, 28 de diciembre por la tarde, fueron recibidos en un locutorio pequeño por un grupo de 7 hermanas en donde pudieron compartir la fe, preguntarle sobre como era su vida en la comunidad, entre otras cosas. Pero sobre todo, nos relatan que abrieron sus corazones con las hermanas.
Posteriormente, fueron recibidos en un locutorio grande, lugar donde reciben casi a diario a muchos peregrinos venidos de todas las partes del mundo. Nos cuenta que su sorpresa fue cuando al entrar vieron sentadas a más de 200 hermanas, pese a no ser un grupo grande para que tuvieran ese recibimiento, sino todo lo contrario, los dos jóvenes, nuestro párroco y un diácono de Granada, amigo de la comunidad.
Durante más de una hora pudieron compartir desde el testimonio vocacional de nuestra vecina, Isabel María, ahora llamada Alicia, y esto fue gracias a la petición de las hermanas hasta el testimonio vocacional de nuestro párroco. Fue un momento en el que sentieron una acogida cálida y en el que nuestro párroco se emocionó al igual que las personas que lo acompañaban.
Después, nuestro párroco tuvo el honor de presidir la Eucaristía del día de los Santos Inocentes (niños mártires, muertos por Cristo) acompañado del recién ordenado diácono de Granada y el capellán de la comunidad.
Al finalizar la misa, participaron también de un rato de oración y vísperas junto con toda la comunidad.
Cuando se despedían, les dijeron que la misa del día siguiente se celebraría por la mañana temprano, y de nuevo, Dios les regaló una nueva sorpresa, puesto que los invitaron a desayunar en el locutorio del convento, además de que nuestro párroco concelebró en la misa de la mañana, donde celebraba el jurista y confesor de la congregación y acompañó también el diácono. También, tuvieron la gran suerte de escuchar una plática de la Madre Verónica María sobre el sentido de la Navidad.
En la despedida, nuestro párroco pidió oraciones por la parroquia y por el pueblo de Calasparra.