11 de enero de 2022

 

San Antonio Abadpatrón de los animales.


Nació el 251 d.C. y durante su vida se dedicó a la meditación, el silencio y la oración tras donar todos sus bienes materiales a los más necesitados cuando quedó huérfano a muy temprana edad. Tras quedarse con lo justo para poder sobrevivir decidió emprender un viaje sin billete de vuelta: el de una vida solitaria, asceta y eremítica para alcanzar una relación con Dios. Un estilo de vida que le trajo multitud de discípulos.

Sin embargo, San Antonio Abad es también comúnmente conocido por ser el patrón de los animales. No es extraño que durante la semana de la celebración del santo se lleven, en multitud de localidades españolas, a cabo bendiciones de las mascotas de los vecinos.

En nuestra parroquia lo celebraremos la víspera de su fiesta, DOMINGO 16 DE ENERO A LAS 18:00 H EN LA PLAZA DE LA PUERTA DE LA IGLESIA DE NTRA. SRA. DE LA MERCED, ya que 17 es laboral.


Antonio, Santo

Memoria Litúrgica, 17 de enero


Abad

Martirologio Romano: Memoria de san Antonio, abad, que, habiendo perdido a sus padres, distribuyó todos sus bienes entre los pobres siguiendo la indicación evangélica y se retiró a la soledad de la Tebaida, en Egipto, donde llevó una vida ascética. Trabajó para reforzar la acción de la Iglesia, sostuvo a los confesores de la fe durante la persecución del emperador Diocleciano y apoyó a san Atanasio contra los arrianos, y reunió a tantos discípulos que mereció ser considerado padre de los monjes (356).

Etimológicamente: Antonio = florido, inestimable”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía


Antonio nació en el pueblo de Comas, cerca de Heraclea, en el Alto Egipto. Se cuenta que alrededor de los veinte años de edad vendió todas sus posesiones, entregó el dinero a los pobres y se retiró a vivir en una comunidad local haciendo ascética, durmiendo en un sepulcro vacío. Luego pasó muchos años ayudando a otros ermitaños a dirigir su vida espiritual en el desierto, más tarde se fue internando mucho más en el desierto, para vivir en absoluta soledad.
De acuerdo a los relatos de san Atanasio y de san Jerónimo, popularizados en el libro de vidas de santos La leyenda dorada que compiló el dominico genovés Santiago de la Vorágine en el siglo XIII, Antonio fue reiteradamente tentado por el demonio en el desierto. La tentación de san Antonio se volvió un tema favorito de la iconografía cristiana, representado por numerosos pintores de fuste.


Su fama de hombre santo y austero atrajo a numerosos discípulos, a los que organizó en un grupo de ermitaños junto a Pispir y otro en Arsínoe. Por ello, se le considera el fundador de la tradición monacal cristiana. Sin embargo, y pese al atractivo que su carisma ejercía, nunca optó por la vida en comunidad y se retiró al monte Colzim, cerca del Mar Rojo como ermitaño. Abandonó su retiro en 311 para visitar Alejandría y predicar contra el arrianismo.

Jerónimo de Estridón, en su vida de Pablo el Simple, un famoso decano de los anacoretas de Tebaida, cuenta que Antonio fue a visitarlo en su edad madura y lo dirigió en la vida monástica; el cuervo que, según la leyenda, alimentaba diariamente a Pablo entregándole una hogaza de pan, dio la bienvenida a Antonio suministrando dos hogazas. A la muerte de Pablo, Antonio lo enterró con la ayuda de dos leones y otros animales; de ahí su patronato sobre los sepultureros y los animales.

Se cuenta también que en una ocasión se le acercó una jabalina con sus jabatos (que estaban ciegos), en actitud de súplica. Antonio curó la ceguera de los animales y desde entonces la madre no se separó de él y le defendió de cualquier alimaña que se acercara. Pero con el tiempo y por la idea de que el cerdo era un animal impuro se hizo costumbre de representarlo dominando la impureza y por esto le colocaban un cerdo domado a los pies, porque era vencedor de la impureza. Además, en la Edad Media para mantener los hospitales soltaban los animales y para que la gente no se los apropiara los pusieron bajo el patrocinio del famoso San Antonio, por lo que corría su fama. En la teología el colocar los animales junto a la figura de un cristiano era decir que esa persona había entrado en la vida bienaventurada, esto es, en el cielo, puesto que dominaba la creación.

Reliquias y orden monástica

Se afirma que Antonio vivió hasta los 105 años, y que dio orden de que sus restos reposasen a su muerte en una tumba anónima. Sin embargo, alrededor de 561 sus reliquias fueron llevadas a Alejandría, donde fueron veneradas hasta alrededor del siglo XII, cuando fueron trasladadas a Constantinopla. La Orden de los Caballeros del Hospital de San Antonio, conocidos como Hospitalarios, fundada por esas fechas, se puso bajo su advocación. La iconografía lo refleja, representando con frecuencia a Antonio con el hábito negro de los Hospitalarios y la tau o la cruz egipcia que vino a ser el emblema como era conocido.

Tras la caída de Constantinopla, las reliquias de Antonio fueron llevadas a la provincia francesa del Delfinado, a una abadía que años después se hizo célebre bajo el nombre de Saint-Antoine-en-Viennois. La devoción por este santo llegó también a tierras valencianas, difundida por el obispo de Tortosa a principios del siglo XIV.

La orden de los antonianos se ha especializado desde el principio en la atención y cuidado de enfermos con dolencias contagiosas: peste, lepra, sarna, venéreas y sobre todo el ergotismo, llamado también fuego de San Antón o fuego sacro o culebrilla. Se establecieron en varios puntos del Camino de Santiago, a las afueras de las ciudades, donde atendían a los peregrinos afectados.

El hábito de la orden es una túnica de sayal con capuchón y llevan siempre una cruz en forma de tau, como la de los templarios. Durante la Edad Media además tenían la costumbre de dejar sus cerdos sueltos por las calles para que la gente les alimentara. Su carne se destinaba a los hospitales o se vendía para recaudar dinero para la atención de los enfermos.

¿Por qué San Antonio Abad es el patrón de los animales?

Se cuenta que San Antón encontró su sabiduría en la observación de la naturaleza y los animales y a su muerte, muchos ganaderos lo tomaron como protector y patrón de sus animales.

Cuenta la leyenda que, en cierta ocasión, se acercó a una jabalina y curó a sus jabatos, que padecían ceguera. La jabalina, agradecida, se quedó junto a San Antón para protegerlo de los animales salvajes. Este es el motivo por el que se le representa con el hábito de monje, una cruz en forma de tau y un cerdo a sus pies.

Se cree que San Antón vivió hasta los 105 años, gracias a una frugal alimentación y por compartir su vida con animales de compañía.

Festividad de San Antón en el mundo

La tradición de bendecir a los animales se remonta a principios del siglo XI, cuando se estableció como festividad en Francia. Luego, se fue extendiendo hasta nuestros días por todo el continente europeo y parte de Latinoamérica.

Está claro que hoy en día San Antonio Abad es uno de los patronos más queridos entre los amantes de los animales, incluso por gente aconfesional o de diferentes credos.



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